¿Por qué leo y veo romances Boys Love / Yaoi?

Bienvenida a estas islas remotas de mi conciencia, pasa, tenemos café y juegos de azar. Las mujerzuelas no porque ya conmigo basta jajaja.

¿Alguna vez te has sentido juzgada por ser fan de las historias de amor erótico entre dos hombres?

Puede que si eres una lectora de novelas «con representación LGBTQI+» me mires raro y no coincidas conmigo, está bien, tienes tus muchas válidas razones para alzar una ceja. Pero anda, dame el beneficio de la duda que ya te cuento yo como era esto hace unos 15 años.

Decidí empezar el blog con este post en específico porque las lectoras de romance de por sí somos vistas como una categoría «inferior» de lectora, ahora las que disfrutamos con historias de amor chico-chico, tantito peor. Hoy salgo en defensa de estos gustos.

Puede que creas que no tiene nada de raro o malo leer novelas con inclusión LGBTQI+ y es verdad, la inclusión de la sexualidad e identificación diversa es muy positiva para la literatura, yo no estoy diciendo lo contrario. Estoy diciendo que lo que yo leía no tenía la función de mostrar diversidad o reflejar la realidad de un colectivo.

Yo leía novelas hechas por mujeres, para consumo femenino, con relaciones eróticas entre chico y chico.

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¿Monitos 2D DÁNDOSE por atrás para placer femenino?

Suena raro pero así es. Yo inicié mis aventuras leyendo manga, un formato de cómic nacido en Japón. Tenía entre 11 y 12 años. En esos tiempos en México no era común encontrar literatura con representación LGBTQI+, lo que había era BL.

Y el BL / Yaoi, un género exclusivo de las tierras niponas, no estaba destinado retratar una realidad sino a complacer a mujeres enamoradas del amor y la lujuria de dos personajes chico y chico.

No buscaba ser material para jóvenes gay que estuvieran descubriendo su propia sexualidad o que quisieran leer historias donde las relaciones les permitiesen identificarse.

El público era femenino ¿y qué parecían querer las mujeres japonesas en el BL? querían escenas muy subidas de tono, relaciones complejas y atípicas, y querían que los personajes tuvieran un rol designado entre uke: el que recibe y seme: el que da.

Hasta aquí todo muy normal, cada quien prefiere distintas cosas y los hombres encontraron en el porno y libros vaqueros lo que muchas mujeres encontramos en el BL/ Yaoi de la época. Poco a poco la industria fue creciendo, ramificándose y ganando un amplio público.

Como dije esta cosa era caliente As Fuck, por tanto se consideró material para mayores de 18 años, algunos le llamaron incluso porno para mujeres. Y no creo que estuvieran muy lejos de una esencia real.

Pero volvamos a lo que nos atañe: ¿Era normal que teniendo 13 años estuvieras leyendo tremendas historias pornográficas? No, seguro la respuesta es no.

Mi generación ocultó en un baúl y en carpetas encriptadas todo su material Boys Love.

La sociedad japonesa y los consumidores de anime y manga alrededor del mundo conocen a las mujeres que consumen Boys Love con el nombre de fujoshi, lo cual significa literalmente mujer podrida o corrompida.

Perversión y señalamiento social

Con este panorama puedes imaginar, o recordar al caso, que no ibas por ahí gritando a los cuatro vientos que te gustaba el Boys Love. Era algo pervertido, te miraban raro y si tus padres se enteraban era más que obvio que no se lo iban a tomar bien.

Ya en uno de mis episodios de podcast relaté lo que fue que mi escuela considerara que estaba pervirtiendo a mis compañeros, ya ni me imagino qué habría pasado si también hubieran sabido lo del BL.

Porque cuando te gusta el BL no estás precisamente defendiendo una causa social de inclusión o diversidad sexual en las obras, ni puedes usar el comodín de «Si no lo apruebas eres un retrógrada / machista». Así que cuando la literatura con parejas gay llegó al mundo de la literatura juvenil me sorprendió la forma tan natural con la que se tomó por propios y ajenos.

Pensé: Yo fui señalada por años, aún ahora lo soy. ¿Cómo es que los romances gay en novelas están siendo aplaudidos y el Boys Love siempre fue despreciado?

EL BUM DE LA LITERATURA CON REPRESENTACIÓN LGBTQI+

Asumo que así como la homosexualidad ha estado presente en toda la historia de la humanidad, la literatura con temas y personajes no heteronormativos también (aunque censurada, quemada y olvidada). Pero de 7 años a la fecha las cifras de novelas con parejas diversas se ha elevado en estanterías de cualquier librería en EE.UU y América Latina.

Para una slash y fujoshi esto fue de no creerse. Vivíamos en otras épocas, sin duda. La realidad de esas personas estaba fuera de nuestro mapa mental.

Pero los tiempos cambian, la agenda social y cultural también y lo que antes era censurado hoy es colocado en un lugar distinto. Por eso tantos libros de ficción con inclusión de parejas no heteronormativas por fin pudieron ver la luz y la atención merecida.

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Sin embargo ¿Toda la literatura con personajes no heteronormativos tiene que ser catalogada como LGBTQI+ como está haciendo la industria editorial?

Para mí la respuesta es no.

¿Por qué? Dos razones:

1.- El género nos habla de lo que como lector puedes encontrar en una obra. Hay hibridación de géneros y lectores para cada género. ¿Qué pasa si quieres escribir una historia de dos chicos gay que no va de ser gays sino de cualquier otra cosa? (no faltará quien te acuse de no representar bien la comunidad porque no se abordan esos temas) ¿Es lo mismo que la novela con crítica social que denuncia la discriminación o la lucha de una persona transexual y gira en torno a eso?

Seguro habrá público para ambas.

2.- Porque la forma de colocarlo de las editoriales para mí está respondiendo más a un tema de “quedar bien” con los consumidores y su nueva agenda de valores. ¿Realmente lo están haciendo porque quieren darle visibilidad a quienes por décadas ignoraron y censuraron? ¿Entonces por qué meter ficción fantástica en un “género” que no tiene nada que ver solo porque tiene dos personajes con una orientación no heterosexual?

Es porque lo LGBTQI+ está de moda, vende más y las editoriales son empresas depredadoras. Aunque una cosa no quita la otra y asumo que la comunidad estará contenta de que estas corporaciones pongan el foco en sus historias siempre invisibilizadas.

Pd. ¿Habrá personas que se sientan mal por no querer leer literatura LGBTQI+ pero sí romances eróticos gay?


¿BOSY LOVE, YAOI O LGBTQI+?

Te habrás dado cuenta que he intentado no mencionar tanto la palabra Yaoi o que mezclo a diestra y siniesta con BL o Boys Love. No se trata de sinónimos, pero muchos años pensé que la denominación correcta de las historias que nos llegaban de Japón era Yaoi.

Luego vine a enterarme que no, que el término correcto es Boys Love y que aunque en Japón tienen re claro qué es, en occidente nos hace falta ponernos de acuerdo en qué será esto. ¿Un género, una etiqueta o será completamente inexistente? (BL solo se usa en plataformas relacionadas con la mercancía oriental como manwhas, webcomics o doramas)

Las librerías, como ya dije, están etiquetando toda historia que incluya una pareja gay como LGBTQI+, da igual si la trama gira en torno a un castillo embrujado o un asesinato. Por eso para mí las autoras autopublicadas somos quienes tenemos que tomar la batuta en darle su espacio al BL.

La literatura LGBTQI+ tiene su espacio para representar las vivencias de las personas que se sienten parte de estas llamadas minorías. Su tema central ES LA REPRESENTACIÓN Y VISIBILIZACIÓN.

Mi sueño es que la ficción se mantenga pefilándose por la trama, por lo que mueve a los personajes y que el BL sea una etiqueta más de un género.

LA POLÍTICA DEL AMOR FEMENINO

El género romántico con sus miles de subgéneros es, por excelencia, el género más leído por mujeres. Esto a muchas les ofende, las pone crispadas porque “insinúa que la mujer solo piensa en el romance y gira en torno a los hombres”.

Yo misma pensé así alguna vez cuando fui feminista.

El movimiento (los movimientos) feministas cambiaron por completo la percepción propia y ajena de SER MUJER. Y uno de los ejes fue cambiar la representación de los papeles femeninos, sus metas y objetivos y sus conductas “normalizadas” en el amor.

Ya no podemos ver a las mujeres de las novelas románticas de la misma manera, les pedimos ciertas conductas que vayan acorde con nuestro sistema de nuevos valores. Queremos que sean fuertes, independientes, que no dejen todo por un hombre o por la maternidad. Que no sean sumisas, que no entren en relaciones tóxicas o que se enamoran del prototipo de “masculinidad tóxica”.

A mí me pasa. No soporto leer protagonistas sumisas o que se involucran voluntariamente con tipos violentos o manipuladores. Frases como “Eres mía/ no puedes vivir sin mí / nadie te amará como yo” me sacan de la lectura.

¡Pero en el BL no tengo problema!

Eso me ha puesto a pensar por qué. ¿Es por qué no me siento representada y mi sistema de creencias no se ve atacado cuando disfruto de romances moralmente ambiguos? ¿Puedo desapegarme de mi responsabilidad social femenina cuando veo a un chico ser rescatado por otro sin que eso comprometa su valor personal? ¿Estoy instrumentalizando a las parejas gay para mi entretenimiento?

¿En el fondo qué me gusta de la ficción y del romance?

Si hubiera nacido en otra época ¿habría disfrutado los viejos romances de hombres pelo en pecho con doncellas en apuros?

Luego recuerdo que leo para desapegarme de la realidad, para vivir otras vidas y otros mundos y que darle demasiadas vueltas tampoco va a llevarme a un buen puerto. Te amo ficción, por favor, quédate así.

¿Y TÚ QUÉ PIENSAS? ¿ME HE HECHO UNA PAJA MENTAL? ~

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