5 beneficios de escribir para tu alma
Escribir es de las prácticas más curativas y terapéuticas que existen.
En cualquier proceso de desarrollo personal, coaching y terapia, es frecuente que el o la guía, te recomiende llevar una libreta en la que ir apuntando tus sensaciones, recuerdos y otras cosas propias del proceso.
¿Crees que es casualidad?
Para nada.
La escritura cambia tu vida, sin rodeos, sin florituras, si la apropias, si te comprometes con ella, todo se ve y se siente distinto.
Desde la escritura que haces para ti misma hasta la escritura que haces sobre ti misma.
Hoy quiero compartir contigo diferentes aproximaciones al poder de la escritura como vía de autoconocimiento, bienestar y desarrollo personal.
Desde los procesos más mentales hasta los más metafísicos, quiero que encuentres en este post la inspiración para retomar ese diario que seguro alguna vez en tu vida iniciaste y abandonaste.
1.- La verdad es la que cura
Mentimos.
Mentimos porque lidiar con la vedad puede ser “problemático” y nos convencemos de que ciertas mentiras blancas no afectarán nada y harán la vida más simple.
¿Por qué explicarle tal o cual cosa a mi madre o a mi pareja? ¡Ni lo entenderán! mejor maquillo la verdad.
Y puede que mentir no sea una catástrofe, sea más simple y no cause estragos. ¿Pero qué pasa cuando te mientes sistemáticamente a ti misma?
¿Qué hacer cuando te justificas constantemente o te niegas a examinar algunas conductas que son nocivas para tu vida?
Es imposible ayudar a alguien que no quiere ver su propia verdad.
Es ese el trabajo de los terapeutas durante las sesiones, ayudar a que la persona se diga a sí misma lo que se tiene que decir, que acepte sus pensamientos, emociones e ideas reales.
Sin embargo muchas personas tienen muchísima MUCHÍSIMA RESISTENCIA a hablar de sus problemas con alguien, así este sea un psicólogo respetable.
Las murallas que hemos construido a nuestro alrededor han servido para protegernos, la armadura emocional está ahí por algo, no surge espontáneamente. Y para estas situaciones la escritura es tu más profundo confidente.
Escribir un diario, por ejemplo, es hablar contigo misma. El diario no te juzga, no te exige, no te incomoda, sino que extiende su mano para que tú te encuentres con tu propia verdad.
Incluso yendo a terapia, no siempre estarás dispuesta a abrirte con la persona frente a ti, trabajar lo visto en sesión más tarde en la intimidad de tu hogar, te revelará cosas que te harán reflexionar, te harán sentir un momento “es esto"
La escritura se convierte en el canal para atreverte a mirarte sin juicios ni capas.
2.- Saber escribir es saber pensar
¿Alguna vez te has escuchado hablar?
Ya sabes, grabarte en un video o en una nota del celular, ¿lo has hecho?, al inicio puede dar vergüenza pero lo peor es escucharte y darte cuenta cómo tu discurso no está organizado.
Has el intento, grabate hablando de un tema del que sientes que sabes lo suficiente como para dar una charla…
Cuando te escuchas te das cuenta que: Pasas de un tema a otro, no cierras las ideas, a veces te atoras o te contradices.
Tal vez has tenido esa sensación de bochorno cuando hablas con alguien a quien le expones una idea, argumento o postura y cuando él o ella te hacen una pregunta o te señalan una incoherencia, solo puedes quedarte quieta un momento procesando lo ocurrido y luego tienes que decir “haber no, espérame ¿cómo era?…”
Estaba en mi primer semestre de la Universidad cuando descubrí el poder del ensayo filosófico para articular mis posturas, para entenderme a mí misma y a mis ideas.
Escribir estructura tu caos mental, da orden, jerarquiza, te enfrenta a las contradicciones, te sitúa en tierra pues baja la bruma mental.
Escribir en sí mismo tiene muchísimas ventajas para tu mente, te dejo unas en este post.
Años después de aprender su importancia, escuché a un hombre que admiro bastante, el psicólogo Jordan Peterson, que podrá caerte bien o mal, podrás estar de acuerdo o no con sus ideas políticas, pero con su experiencia clínica y terapéutica vale la pena escucharle atentamente.
3.- Mejora tu salud & bienestar
Yujuuuu…
Que sí, que este punto puede ser demasiado general porque en verdad la escritura tiene todo este espectro de mejora personal que es muy complicado de enumerar en un post con 5 razones para escribir.
Yo te compartí el tema de tu alma, algo que puede ser ajeno a ti si no consideras que seas más que cuerpo y mente.
Así que entonces quería enumerarte algunos de los tantos beneficios que la ciencia ya ha comprobado que tiene escribir diarios terapéuticos y a mano.
Porque hey, eso viene en el manual, la escritura personal siempre siempre va a funcionar mejor a mano:
MEJORA TU MEMORIA
AYUDA A SUPERAR ACONTECIMIENTOS TRAUMÁTICOS
MEJORA TU CAPACIDAD DE APRENDIZAJE
AUMENTA TU CREATIVIDAD
MEJORA LA TENSIÓN ARTERIAL Y ES ANTIDEPRESIVO
LIBERA EL ESTRÉS Y FUNCIONA COMO MEDITACIÓN
FAVORECE EL SISTEMA INMUNOLÓGICO Y MEJORA EL ASMA Y LA ARTRITIS
Si quieres saber aún más beneficios te invito a este post de una escritora de ficción, Diana P. Morales en donde te comparte enlaces, investigaciones y otras referencias sobre el poder curativo de la escritura.
4.- Escribir es alimento para el alma
Esto no tiene explicación más allá de sentirlo.
No tengo palabras, aún, para describirte la sensación. Es algo que te pide el cuerpo.
Cuando escribes, algo llena tu pecho, sientes en las entrañas que recorres y acaricias recovecos de ti misma que de ninguna otra forma logras alcanzar.
Cuando tenía 10 años comencé a escribir, eran cuentos. Luego fanfics que publicaba constantemente. A veces por la escuela, la vida y otros detalles, dejaba de hacerlo por meses. Y simplemente mi cuerpo me pedía regresar a ello.
Es como si no pudiera ser feliz o estar completa si no me pongo a escribir. Y sí, en este caso hablo de ficción, pero es que desde esa edad sé que quiero dedicar mi vida a la escritura, así como es.
Y bueno, en este momento me falta una vida para poder contarlo con la energía de un alma como la de Jordi Sierra, estos 6 minutos a mí, personalmente me hicieron llorar mucho porque sentía que me sentía. Ya ni te cuento la charla de casi una hora, que si tienes tiempo, vela. Es muy inspiradora.
5.- Hay muchísimo poder en tus palabras
¿Has escuchado sobre la Ley de la atracción? ¿Te parece una chorrada (tomada de pelo) o una absoluta verdad? bueno, el principio en el que se basa es interesante y efectivo, todo con lo que se le adorna, no tanto. La ley de la atracción es una práctica mágica de brujería.
He leído personas explicando las “bases científicas” de la ley de la atracción para apartarse de sus principios fundamentales, “esto no es magia, esto es ciencia…” ñe.
Todas podemos ser brujas y las brujas son quienes manifiestan su voluntad en el mundo, si tú estás manifestando, corazón, ¡estás haciendo brujería! y no creas que lo digo con malicia o para asustarte, te estoy felicitando. Tienes un poder divino dentro tuyo y lo estás usando.
Que eso tan ancestral, espiritual y profundo se transforme en “ley de la atracción” es algo que hablaremos en otro momento.
Volvamos al tema ¿esto qué tiene que ver con la escritura? Una de las prácticas de la ley de la atracción se basa en las afirmaciones, decretos & tableros de manifestación.
Si tú repites todos los días la frase: “Soy genial y maravillosa y me merezco lo bueno en la vida” es posible que te motives y, en efecto, atraigas cosas a tu vida porque lo que es adentro es afuera. Además de que hay mucha base neurocientifica y psiquiátrica que ha comprobado que nuestra composición química cerebral, cambia dependiendo de las palabras que pensamos y decimos.
Tus pensamientos tienen masa.
¡Masa! eso significa que, físicamente, cambian tu realidad.
Tus palabras vibran y esa vibración resuena en el universo, si somos solo energía, tu voluntad es la voluntad del Universo. No dejes al azar lo que estás pensando y la forma en la que te estás hablando a ti misma.
Escribir manifestará, en sí, el poder de tus palabras.
CONCLUSIONES
Escribe.
Crea.
Ama.
Experimenta.
Saciar las inquietudes de tu alma son cuestiones fundamentales para una vida plena, si tu alma te pide esta creatividad, esta exploración, dásela.
